Trastorno de personalidad antisocial

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El trastorno de personalidad antisocial es un tipo de trastorno de la personalidad particularmente difícil que se caracteriza por un comportamiento impulsivo, irresponsable y a menudo, delictivo.

Las personas con trastorno de personalidad antisocial suelen ser manipuladoras, mentirosas e imprudentes, y no les importan los sentimientos de otras personas.

Al igual que otros tipos de trastorno de la personalidad, el trastorno de personalidad antisocial se define como un espectro, lo que significa que su gravedad puede variar desde un mal comportamiento ocasional hasta el incumplimiento reiterado de la ley y la comisión de delitos graves. Se considera que los psicópatas padecen una forma grave del trastorno de personalidad antisocial.

Signos del trastorno de personalidad antisocial

Una persona con trastorno de personalidad antisocial puede:

  • explotar, manipular o vulnerar los derechos de los demás
  • mostrar falta de preocupación, arrepentimiento o remordimiento por el dolor de otras personas
  • comportarse de manera irresponsable y mostrar indiferencia por el comportamiento social normal
  • tener dificultad para mantener relaciones a largo plazo
  • ser incapaz de controlar su ira
  • carecer de sentimiento de culpa, o no aprender de sus errores
  • culpar a los demás por los problemas de su vida
  • incumplir reiteradamente la ley

Una persona con trastorno de personalidad antisocial tendrá antecedentes de trastorno de conducta durante la infancia, como absentismo escolar (no ir a la escuela), delincuencia (por ejemplo, comisión de delitos o abuso de sustancias) y otras conductas disruptivas y agresivas.

¿Quién desarrolla el trastorno de personalidad antisocial?

El trastorno de personalidad antisocial afecta más a hombres que a mujeres.

No se sabe por qué algunas personas desarrollan un trastorno de personalidad antisocial, pero se cree que influyen tanto la genética como las experiencias traumáticas durante la infancia, como el maltrato o o el abandono infantiles.

Una persona con trastorno de personalidad antisocial a menudo se habrá criado en circunstancias familiares difíciles. Es posible que uno o ambos progenitores abusasen del alcohol y son frecuentes los conflictos entre los padres y la crianza severa e incongruente. Es posible que los servicios sociales interviniesen en el cuidado del niño debido a estos problemas.

Este tipo de dificultades durante la infancia a menudo provocan problemas de comportamiento durante la adolescencia y la edad adulta.

Efectos del trastorno de personalidad antisocial

El comportamiento delictivo es una característica clave del trastorno de personalidad antisocial, y existe un alto riesgo de que alguien que padece este trastorno cometa delitos y sea encarcelado en algún momento de su vida.

Se ha demostrado que los hombres con trastorno de personalidad antisocial tienen una probabilidad entre tres y cinco veces mayor de abusar del alcohol y las drogas que los que no padecen el trastorno y que corren un mayor riesgo de muerte prematura como consecuencia de un comportamiento imprudente o un intento de suicidio.

Las personas con trastorno de personalidad antisocial también son más propensas a tener problemas de pareja durante la edad adulta y a estar desempleadas y sin hogar.

Diagnóstico del trastorno de personalidad antisocial

Para que se le diagnostique un trastorno de personalidad antisocial, una persona debe tener antecedentes de trastorno de conducta antes de los 15 años.

El trastorno de personalidad antisocial se diagnostica tras una evaluación psicológica rigurosa. Solo se puede alcanzar un diagnóstico si la persona tiene 18 años o más y se dan al menos tres de los siguientes criterios:

  • violar reiteradamente la ley
  • mentir repetidamente
  • ser impulsivo o incapaz de planificar el futuro
  • ser irritable y agresivo
  • mostrar una indiferencia temeraria por su seguridad o la seguridad de los demás
  • ser sistemáticamente irresponsable
  • falta de remordimiento

Estos signos no deben formar parte de un episodio esquizofrénico o maníaco, sino que deben ser parte de la personalidad habitual de la persona.

Por lo general, este comportamiento se vuelve más extremo y difícil durante la adolescencia y a partir de los 20 años. Puede mejorar cuando la persona cumple los 40 años.

Tratamiento del trastorno de personalidad antisocial

En el pasado, se pensaba que el trastorno de personalidad antisocial era un trastorno de por vida, pero no siempre es así y, en ocasiones, se puede controlar y tratar. La evidencia sugiere que el comportamiento puede mejorar con el tiempo con terapia, aunque pueden persistir características fundamentales como la falta de empatía.

Sin embargo, el trastorno de personalidad antisocial es uno de los tipos de trastornos de personalidad más difíciles de tratar. Además, una persona con trastorno de personalidad antisocial puede ser reacia a buscar tratamiento y es posible que solo recurra a la terapia cuando lo ordene un tribunal.

El tratamiento recomendado para una persona con trastorno de personalidad antisocial dependerá de sus circunstancias y deberá tener en cuenta factores como la edad, los antecedentes delictivos y si existe algún problema relacionado, como el abuso de alcohol o drogas.

Los familiares y amigos de la persona a menudo desempeñarán un papel activo en la toma de decisiones sobre su tratamiento y atención. En algunos casos, es posible que también sea necesario recurrir a los servicios de abuso de sustancias y servicios sociales.

Terapias de conversación

La terapia cognitivo-conductual (TCC) a veces se usa para tratar el trastorno de personalidad antisocial. Es una terapia de conversación que tiene como objetivo ayudar a una persona a gestionar sus problemas cambiando su forma de pensar y comportarse.

La terapia basada en la mentalización (TBM) es otro tipo de terapia de conversación cada vez más popular para el tratamiento del trastorno de personalidad antisocial. El terapeuta animará a la persona a que reflexione sobre su manera de pensar y sobre cómo su estado mental afecta a su comportamiento.

Comunidades terapéuticas democráticas (CTD)

La evidencia sugiere que los programas comunitarios pueden ser un método de tratamiento eficaz a largo plazo para personas con trastorno de personalidad antisocial, y están ganando popularidad en las prisiones.

La CTD es un tipo de terapia social que tiene como objetivo tratar el riesgo de delinquir de la persona, así como sus necesidades emocionales y psicológicas. Se basa en grupos de terapia grandes y pequeños y se centra en los problemas de la comunidad, creando un entorno donde tanto el personal como los presos contribuyen a las decisiones de la comunidad. También pueden surgir oportunidades de realizar trabajo educativo y profesional.

La duración recomendada del tratamiento es de 18 meses, ya que debe proporcionarse el tiempo suficiente para que una persona realice cambios y ponga en práctica nuevas habilidades. La automotivación es otro factor importante para la aceptación de este tipo de programa. Por ejemplo, la persona debe estar dispuesta a trabajar como parte de una comunidad, así como a participar en grupos y someterse al proceso democrático.

El Ministerio de Justicia dispone de más información sobre la CTD en su guía Working with personality disordered offenders (PDF, 969kb).

Medicación

Hay pocas pruebas que respalden el uso de fármacos para tratar el trastorno de personalidad antisocial, aunque ciertos medicamentos antipsicóticos y antidepresivos pueden ser útiles en algunos casos.

La carbamazepina y el litio pueden ayudar a controlar síntomas como la agresividad y el comportamiento impulsivo, y una clase de antidepresivos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden mejorar la ira y los síntomas generales del trastorno de personalidad.

Importante: Nuestra página web proporciona información útil, pero no sustituye los consejos de tu médico. Siempre debes buscar aprobación médica antes de tomar decisiones sobre tu salud