Introducción
Una persona con dislexia tiene dificultad para «descifrar» palabras a pesar de haber tenido las oportunidades indicadas para aprenderlas. La dificultad que se les presenta en este sentido es considerablemente mayor a la dificultad en la que se enfrentan en otros campos de aprendizaje.
La dislexia debe reconocerse como un trastorno del espectro, con síntomas que van de leves a graves. En particular, las personas con dislexia tienen dificultades con:
- la conciencia fonológica
- la memoria verbal
- la velocidad de procesamiento verbal
A continuación, explicamos estos procedimientos más detalladamente.
Conciencia fonológica
Se cree que la conciencia fonológica es una habilidad clave en el desarrollo temprano de la lectura y la ortografía. Es la capacidad de identificar cómo las palabras se componen de unidades de sonido más pequeñas, conocidas como fonemas. Los cambios en los sonidos que componen las palabras pueden provocar cambios en su significado.
Entonces, por ejemplo, un niño con un buen nivel de conciencia fonológica entendería que si cambia la letra «g» en la palabra «gato» por la letra «p», la palabra se convertiría en «pato».
Memoria verbal
La memoria verbal es la capacidad de recordar una secuencia de información verbal durante un corto período de tiempo.
Por ejemplo, la capacidad de recordar una lista corta como «rojo, azul, verde» o un conjunto de instrucciones sencillas, como «Ponte los guantes y el sombrero, busca la correa del perro y luego ve al parque».
Velocidad de procesamiento verbal
La velocidad de procesamiento verbal se define como el tiempo que lleva procesar y reconocer información verbal conocida, como letras y dígitos.
Por ejemplo, tener dificultad para escribir palabras desconocidas cuando se deletrean o números de teléfono.
Dislexia e inteligencia
Aunque la dislexia se clasifica como una dificultad de aprendizaje, no hay conexión entre la dislexia y la inteligencia de un niño. La dislexia puede afectar a niños de todas las capacidades intelectuales, independientemente de que tengan un nivel de inteligencia menor o mayor.
De manera similar, las dificultades de un niño con la lectura y la ortografía no están determinadas por su inteligencia, sino por la gravedad de su dislexia. Es probable que los niños con un nivel de inteligencia medio y una dislexia leve sean más hábiles para leer y escribir que los niños con un alto nivel de inteligencia y dislexia grave.
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¿Con qué frecuencia se da la dislexia?
La dislexia afecta a personas de todos los orígenes étnicos, aunque la lengua materna de una persona puede desempeñar un papel importante. Un idioma donde hay una conexión clara entre cómo se escribe una palabra y cómo suena, y reglas gramaticales consistentes, como el italiano y el español, puede resultar más sencillo para una persona con dislexia leve a moderada.
Sin embargo, idiomas como el inglés, donde a menudo no existe una conexión clara entre la forma escrita y el sonido, como en palabras como «cough» y «dough», pueden suponer un mayor reto para una persona con dislexia.
Identificar la dislexia
Puede ser difícil diagnosticar la dislexia en niños pequeños ya que los signos no siempre son obvios. Si le preocupa que su hijo tenga dislexia, el primer paso es hablar con su profesor en la escuela o con el resto del personal educativo.
Si la enseñanza y el apoyo adicionales no están ayudando a mejorar las habilidades de lectura y escritura de su hijo, su escuela puede solicitar una evaluación más detallada. También es posible solicitar una evaluación a través de otras organizaciones si fuera necesario.
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.Se desconoce la causa (o causas) de la dislexia. Sin embargo, muchos expertos creen que la afección probablemente esté causada por factores genéticos que afectan al desarrollo normal de ciertas áreas del cerebro.
Tratamiento y apoyo
Aunque actualmente no existe una cura para la dislexia, hay una serie de programas e intervenciones educativos que han demostrado ser eficaces a la hora de mejorar las habilidades de lectura y escritura en muchos niños que presentan esta afección.
El pronóstico de la dislexia es muy variable. Alrededor del 95% de los niños responden bien a las intervenciones educativas y logran un progreso que va de moderado a bueno en lectura y escritura. El 5 % restante de los niños sigue teniendo dificultades para leer y escribir y necesitará un apoyo más intensivo y asistencia a largo plazo.
Aunque los niños con dislexia se enfrentan a desafíos a diario, incluso aquellos que presentan casos graves de dislexia pueden llevar una vida plena y productiva.
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.Síntomas de la dislexia
Los signos y síntomas de la dislexia varían de una persona a otra. Cada persona con dislexia tendrá un patrón único de puntos fuertes y puntos débiles.
A continuación se descibren algunos de los signos más comunes de dislexia.
Niños de preescolar
En algunos casos, es posible detectar síntomas de dislexia antes de que un niño comience la escuela. Los síntomas pueden incluir:
- retraso en el desarrollo del habla en comparación con otros niños de la misma edad (aunque esto puede tener muchas causas diferentes)
- problemas del habla, como no poder pronunciar palabras largas correctamente y «mezclar» frases, por ejemplo, decir «hecilóptero» en lugar de «helicóptero», o «peluche de oso» en lugar de «oso de peluche»
- problemas para expresarse usando el lenguaje hablado, como no poder recordar la palabra correcta para usar o construir oraciones con un estructura incorrecta
- poca comprensión o reconocimiento de las palabras que riman, como «la niña se come una piña» o rimas infantiles
- dificultad o poco interés en aprender las letras del alfabeto
Niños de primaria
Los síntomas de la dislexia generalmente se vuelven más obvios cuando los niños comienzan la escuela y comienzan a concentrarse más en aprender a leer y escribir.
Los síntomas de la dislexia en niños de 5 a 12 años incluyen:
- problemas para aprender los nombres y sonidos de las letras
- ortografía impredecible e inconsistente
- poner letras y cifras al revés, como escribir «6» en lugar de «9» o «b» en lugar de «d»
- confundir el orden de las letras en las palabras
- leer lentamente o cometer errores al leer en voz alta
- alteraciones visuales al leer; por ejemplo, un niño puede describir letras y palabras como si parecieran moverse o aparecer borrosas
- responder bien a las preguntas de forma oral, pero tener dificultades para escribir la respuesta
- dificultad para llevar a cabo una secuencia de instrucciones
- tener dificultades para aprender secuencias, como los días de la semana o el alfabeto
- velocidad de escritura lenta
- mala letra
- problemas para copiar textos escritos y necesitar más tiempo del habitual para terminar actividades escritas
- poca conciencia fonológica y habilidades para la decodificación de palabras (ver más abajo)
Conciencia fonológica
La conciencia fonológica es la capacidad de reconocer que las palabras están formadas por unidades de sonido más pequeñas (fonemas) y que cambiar y manipular los fonemas puede crear nuevas palabras y significados.
Es posible que un niño con poca conciencia fonológica no pueda responder correctamente estas preguntas:
- ¿Qué sonidos crees que componen la palabra «pez» y son diferentes de los sonidos que componen la palabra «paz»?
- ¿Qué palabra obtendrías si cambiaras el sonido «m» en «mesa» a un sonido «p»?
- ¿Cuántas palabras se te ocurren que rimen con la palabra «gato»?
Habilidades para decodificar palabras
Los niños pequeños con dislexia también pueden tener problemas con las habilidades para decodificar palabras. Esta es la capacidad de dar sentido a palabras desconocidas buscando palabras más pequeñas o grupos de letras que el niño haya aprendido previamente.
Por ejemplo, un niño con buenas habilidades para decodificar palabras puede leer la palabra «paraguas» por primera vez y obtener un sentido del significado de la palabra dividiéndola en «parar» y «aguas».
Adolescentes y adultos
Además de los problemas mencionados anteriormente, los síntomas de la dislexia en niños mayores y adultos pueden incluir:
- textos escritos mal organizados a los que les falta expresión; por ejemplo, a pesar de que pueden tener mucho conocimiento sobre un tema determinado, pueden tener problemas para expresar ese conocimiento por escrito.
- dificultad para planificar y escribir ensayos, cartas o informes
- dificultades para repasar para exámenes
- tratar de evitar leer y escribir siempre que sea posible
- dificultad para tomar notas o copiar
- mala ortografía
- dificultad para recordar cosas como un PIN o un número de teléfono
- dificultad para cumplir con los plazos
Diagnóstico
Esta evaluación puede realizarla un psicólogo educativo o un maestro especializado en dislexia que cuente con la formación adecuada.
Dicho especialista podrá prestar la asistencia necesaria a usted, a su hijo y a los maestros de su hijo, ayudando a comprender mejor las dificultades de aprendizaje de su hijo y sugiriendo intervenciones que puedan ayudarlos.
Solicitar una evaluación
Hay varias formas de solicitar una evaluación para su hijo, aunque a veces puede ser un proceso frustrante y que consume mucho tiempo.
El primer paso es reunirse con el maestro de su hijo y el coordinador de necesidades especiales de la escuela (CONEE) para hablar sobre sus inquietudes y cualquier intervención que ya se haya probado.
Si su hijo sigue teniendo dificultades a pesar de las intervenciones, puede solicitar que un psicólogo educativo de la administración local u otro especialista en dislexia lo derive para una evaluación.
El Consejo Independiente de Educación Especial para Padres (IPSEA, por sus siglas en inglés) es una organización benéfica independiente de Reino Unido para padres de niños con necesidades especiales. Su página web contiene información sobre los pasos que puede tomar para evaluar las necesidades de su hijo.
Alternativamente, puede contactar directamente con un psicólogo educativo independiente u otro profesional debidamente cualificado. Puede encontrar un directorio de psicólogos titulados en la página web del Consejo General de la Psicología de España.
También puede ponerse en contacto con una asociación de dislexia nacional o local para que le ayuden a organizar una evaluación.
El procedimiento de evaluación
Antes de que se lleve a cabo la evaluación, es posible que a usted y a la escuela de su hijo se les envíe un cuestionario que incluya preguntas sobre su hijo y cuestiones relacionadas, como su estado general de salud, cómo se le da realizar ciertas tareas y lo que usted cree que debe cambiar.
La evaluación en sí puede implicar observar a su hijo en su entorno de aprendizaje, hablar con adultos que desempeñen un papel clave en el aprendizaje de su hijo y pedirle que participe en una serie de pruebas.
Estas pruebas pueden examinar las siguientes capacidades de su hijo:
- habilidades de lectura y escritura
- desarrollo del lenguaje y vocabulario
- razonamiento lógico
- memoria
- la velocidad con la que pueden procesar la información visual y auditiva (sonora)
- habilidades de organización
- enfoques de aprendizaje
¿Y qué pasa después?
Una vez que su hijo haya sido evaluado, recibirá un informe que describe sus puntos fuertes y débiles, con recomendaciones de lo que se podría hacer para mejorar las áreas en las que tiene dificultades.
Dependiendo de la gravedad de las dificultades de aprendizaje de su hijo, es posible que sus dificultades puedan abordarse a través de un plan de acción elaborado especialmente para el niño y llevado a cabo por su escuela, llamado plan de educación individual (IEP, por sus siglas en inglés). Este plan se revisará con usted y con su hijo cada trimestre.
En un pequeño número de casos, en los que las dificultades del niño no mejoran y no parece que la situación esté avanzando, es posible que desee solicitar una evaluación más completa que cubra todos los aspectos del desarrollo de su hijo.
Esto resultaría en la elaboración de un plan educativo más formal y legalmente vinculante para su hijo, conocido como Plan Educativo de Atención Médica (EHC, por sus siglas en inglés). Este plan establecerá cuáles son las necesidades educativas de su hijo y el tipo de apoyo necesario para satisfacer esas necesidades en un documento que se revisa formalmente cada año.
Visite GOV.UK para obtener más información sobre niños o jóvenes con necesidades educativas especiales (NEE).
Tratamiento
Por lo general, estas intervenciones son más eficaces si se inician a una edad temprana.
El tipo y el alcance de la intervención necesaria dependerán de la gravedad de las dificultades de su hijo. La escuela puede elaborar e implementar un plan de acción específico para su hijo.
La mayoría de las escuelas normales deberían poder ofrecer intervenciones adaptadas a su hijo, aunque existe un determinado número de niños que podría beneficiarse de asistir a una escuela especializada.
Intervenciones educativas
Existen una serie de intervenciones y programas educativos disponibles para niños con dislexia.
Estas intervenciones pueden ir desde la enseñanza estándar en grupos pequeños con un auxiliar de aprendizaje que hace entrega del trabajo establecido por el personal docente, hasta lecciones individuales con un maestro especializado.
La mayoría de las intervenciones se centran en las «habilidades fonológicas», que es la capacidad de identificar y procesar los sonidos de las palabras. Estas intervenciones a menudo se denominan «fonéticas».
Las intervenciones fonéticas pueden incluir enseñar a un niño a:
- reconocer e identificar sonidos en palabras habladas, por ejemplo, ayudándoles a reconocer que incluso palabras cortas como «sol» en realidad están formadas por tres sonidos: «s», «o» y «l».
- combinar letras para crear palabras y, con el tiempo, usar las palabras para crear oraciones más complejas
- practicar la lectura de palabras con precisión, para ayudarlos a leer más rápidamente
- supervisar su propia comprensión mientras leen, por ejemplo, animándolos a hacer preguntas si notan lagunas en su comprensión
Idealmente, estas intervenciones deben realizarse de una manera muy estructurada, avanzando en pequeños pasos, y deben involucrar la práctica regular de lo aprendido.
Algo que también puede contribuir al aprendizaje de su hijo es un enfoque «multisensorial», en el que se emplean varios sentidos al mismo tiempo. Un ejemplo de enseñanza multisensorial es enseñar a un niño a distinguir la letra «a», decir su nombre y sonido, y escribirla en el aire, todo al mismo tiempo.
¿Cómo puede ayudar a su hijo?
Como padre, es posible que no esté seguro de cuál es la mejor manera de ayudar a su hijo. Los siguientes consejos pueden resultarle útiles:
- Léale a su hijo: esto mejorará su vocabulario y sus habilidades auditivas, y también fomentará su interés por los libros.
- Lectura compartida: ambos leen parte del libro y luego hablan sobre lo que está sucediendo o lo que podría suceder.
- «Sobreaprendizaje»: es posible que se aburra de leer el libro favorito de su hijo una y otra vez, pero la repetición reforzará su comprensión y hará que se familiarice con el texto.
- Lectura silenciosa: los niños también necesitan la oportunidad de leer solos para fomentar su independencia y fluidez.
- Haga de la lectura algo divertido: la lectura debe ser un placer, no una tarea. Utilice libros sobre temas que le interesen a su hijo y asegúrese de que la lectura se lleve a cabo en un ambiente relajado y cómodo.
Los padres también juegan un papel importante a la hora de fomentar la seguridad que los hijos tienen en sí mismos, por lo que es importante animar y apoyar a su hijo a medida que aprende.
Tecnología para niños mayores
Muchos niños mayores con dislexia se sienten más cómodos trabajando con un ordenador que con un libro de ejercicios. Esto puede deberse a que los ordenadores utilizan un entorno visual que se adapta mejor a su método de aprendizaje y trabajo.
Los programas de procesamiento de texto también pueden ser útiles porque cuentan con un corrector ortográfico y una función de autocorrección que puede resaltar los errores en la escritura de su hijo.
La mayoría de los navegadores web y el software de procesamiento de texto también tienen funciones de reconocimiento de texto, que permiten que el ordenador lea el texto tal y como aparece en pantalla.
El software de reconocimiento de voz también se puede utilizar para traducir lo que una persona dice en texto escrito. Este software puede ser útil para los niños con dislexia porque sus habilidades verbales suelen ser mejores que su escritura.
También hay muchas aplicaciones de software educativo interactivo que pueden brindarle a su hijo una forma más atractiva de aprender un tema, en lugar de simplemente leer un libro de texto.
Adultos
Muchos de los consejos y técnicas que se utilizan para ayudar a los niños con dislexia también pueden aplicarse a los adultos. El uso de tecnología, como procesadores de texto y organizadores electrónicos, puede ayudarlo a escribir y organizar las actividades diarias.
El uso de un enfoque de aprendizaje multisensorial también puede resultar útil. Por ejemplo, podría usar una grabadora digital para grabar una conferencia y luego escucharla mientras lee sus notas. Dividir las tareas y actividades grandes en pasos más pequeños también podría serle de ayuda.
Si necesita elaborar un plan o tomar notas sobre un tema determinado, puede resultarle útil crear un «mapa mental», en lugar de escribir una lista. Los mapas mentales son diagramas que utilizan imágenes y palabras clave para crear una representación visual de un tema o plan.
Adaptación en el trabajo
Si está en el trabajo, informe a su empresa de que tiene dislexia, ya que la ley le exige que se lleven a cabo ciertas adaptaciones en el trabajo para ayudarlo.
Algunos ejemplos de estas adaptaciones pueden incluir:
- darle acceso a tecnología de asistencia, como grabadoras digitales o software para convertir voz en texto.
- darle instrucciones verbalmente, en lugar de por escrito
- acordarle un tiempo adicional para tareas que le resulten particularmente difíciles
- brindarle información en formatos que encuentre accesibles.
Obtener ayuda
Si usted o el profesor de su hijo tienen motivos para preocuparse, lleve a su hijo a visitar a un médico de cabecera para que pueda buscar signos de problemas de salud subyacentes, como problemas de audición o visión, que podrían estar afectando su capacidad de aprendizaje.
Si su hijo no tiene ningún problema de salud subyacente obvio que explique sus dificultades de aprendizaje, es posible que deba probar diferentes métodos de enseñanza o puede solicitar una evaluación para identificar las necesidades especiales que pueda tener.
Si es un adulto y cree que puede tener dislexia, es posible que desee concertar una evaluación de diagnóstico de la dislexia a través de su asociación local de dislexia.
Obtenga más información sobre el
.Diagnóstico de la dislexia
Cuanto antes se diagnostique a un niño con dislexia, es probable que las intervenciones educativas sean más eficaces.
Sin embargo, identificar la dislexia en los niños pequeños puede ser difícil tanto para los padres como para los maestros, porque los signos y síntomas no siempre son obvios.
Si está preocupado por su hijo
Si le preocupa el progreso de su hijo en lectura y escritura, primero hable con su maestro. Es posible que también desee reunirse con otros miembros del personal de la escuela.
Si hay algo que les preocupe de manera constante, lleve a su hijo a visitar a un médico de cabecera. Es posible que su hijo tenga problemas de salud que estén afectando su capacidad para leer o escribir. Por ejemplo, es posible que tenga:
- problemas de visión, como o
- problemas de audición, como resultado de una afección como la
- otras afecciones, como
Si su hijo no tiene ningún problema de salud subyacente obvio que explique sus dificultades de aprendizaje, es posible que no esté respondiendo muy bien al método de enseñanza y que se necesite un enfoque diferente.
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para obtener más información sobre las intervenciones educativas que pueden resultar útiles