La cocina mediterránea varía según la región y tiene muchas definiciones distintas, pero se basa principalmente en el consumo de verduras, frutas, frutos secos, legumbres, cereales, aceite de oliva y pescado.
La dieta mediterránea se ha asociado con una buena salud, e incluso con un corazón más sano. Un estudio realizado en 2013 demostró que las personas que siguen una dieta mediterránea tenían un 30 % menos de riesgo de padecer
y .Siga estos consejos para adoptar una dieta más mediterránea:
- consumir muchos alimentos ricos en almidón, como pan y pasta
- comer muchas frutas y verduras
- comer pescado
- comer menos carne
- elegir productos elaborados con aceites vegetales, como el aceite de oliva
La dieta es similar a los consejos de alimentación saludable del gobierno establecidos en la guía de alimentación saludable para familias, que muestra los alimentos necesarios para una dieta saludable y equilibrada.
Esta guía muestra cuánto debe comer de cada grupo de alimentos para llevar una alimentación equilibrada.
Esto incluye todo lo que come durante el día, incluidos los tentempiés. En resumen, le recomendamos que intente seguir estas pautas:
- Utilice carbohidratos ricos almidón como el pan, la pasta, el arroz o las patatas como base para sus comidas. Opte por cereales integrales siempre que pueda o coma patatas con cáscara para un mayor contenido en fibra.
- Coma al menos cinco porciones de varias frutas y verduras al día. Descubra cómo puede consumir sus 5 PORCIONES DE FRUTA Y VERDURA AL DÍA.
- Elija un poco de proteína magra, como la carne, el pescado, los huevos, las judías o legumbres y otras fuentes de proteína no lácteas.
- Incluya algo de leche y productos lácteos, como el queso y el yogur. Son excelentes fuentes de proteínas y calcio.
- Consuma solo una pequeña cantidad de alimentos con alto contenido en grasa o azúcar, o cómalos con menos frecuencia.
Lo más recomendable es tratar de lograr este equilibrio todos los días, pero no es necesario que lo haga en cada comida. Es posible que le resulte más fácil alcanzar el equilibrio correcto durante un período más largo, como en el transcurso de una semana.