Las estadísticas publicadas de un estudio realizado por el Colegio Real de Médicos de Edimburgo (RCPE, por sus siglas en inglés) sugiere que el uso de cigarrillos electrónicos está en aumento. Alrededor un 2.9 millones de adultos en el Reino Unido los usan, y parece que la mayoría lo hacen para dejar el tabaco.
El uso de los cigarrillos electrónicos todavía es un hábito relativamente nuevo, y aún hay incertidumbre sobre sus efectos a corto y largo plazo. Sin embargo, hay datos de Public Health England que sugieren que los cigarrillos electrónicos podrían ser un 95% más seguros que los cigarros tradicionales.
Sin embargo, dado que San Francisco ha sido la primera ciudad grande de los EEUU en prohibir el uso de los cigarrillos electrónicos, ¿esta alternativa es tan segura como parece?
¿Qué son los cigarrillos electrónicos?
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que producen vapor, en lugar de humo. Lo hacen al calentar líquidos que normalmente contienen nicotina, sabores, propilenglicol y/o glicerina vegetal.
Al igual que los cigarros tradicionales, la nicotina de los cigarrillos electrónicos es adictiva. Sin embargo, la nicotina en sí es relativamente no dañina.
Los cigarrillos electrónicos suelen verse como menos peligrosos para el cuerpo que los tradicionales, ya que no queman el tabaco. En sí mismos, no producen las dos sustancias más nocivas del humo del tabaco: monóxido de carbono y alquitrán.
Sin embargo, el líquido y el vapor de los cigarrillos electrónicos sí contienen bajos niveles de otros químicos potencialmente nocivos que también se encuentran en el humo del tabaco. Esto sugiere que, aunque los cigarrillos electrónicos se consideran más seguros que los tradicionales, no se puede dar por hecho que no conllevan riesgos.
¿Cuáles son los riesgos potenciales de los cigarrillos electrónicos?
La información actual sugiere que los cigarrillos electrónicos puede que sean una alternativa de menor riesgo respecto al tabaco. Sin embargo, un brote reciente en los Estados Unidos de una enfermedad pulmonar desconocida relacionada con los cigarrillos electrónicos ha aflorado nuevas preguntas sobre la seguridad de estos productos.
El brote, el cual se cree que es responsable de 380 casos de la enfermedad y seis muertes hasta ahora, ha causado que los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y departamentos locales y estatales hayan comenzado una investigación sobre la enfermedad pulmonar.
Pero, ¿qué se sabe ya sobre la seguridad de los cigarrillos electrónicos?
De acuerdo con el Instituto Nacional para la Salud y Excelencia Clínica (NICE, por sus siglas en inglés), todavía se están desarrollando evidencias científicas sobre los efectos para la salud a largo plazo de los cigarrillos electrónicos.
Sin embargo, ya existen algunas investigaciones.
Riesgo de cáncer
Como ha sido descrito en el reporte del 2018 del RCPE (Cigarrillos electrónicos: Una Breve Actualización), los estudios sugieren que los fumadores que se pasan a los cigarrillos electrónicos reducen la exposición a más de 70 sustancias cancerígenas que existen en el humo del tabaco.
Además, un informe reciente de Public Health England ha destacado un estudio que sugiere que el uso del cigarrillo electrónico puede presentar menos del 0,5% del riesgo de cáncer asociado con fumar.
Riesgo de enfermedad pulmonar
Según Public Health England, el riesgo de enfermedad pulmonar por el uso de cigarrillos electrónicos por ahora es desconocido. Sin embargo, es probable que sea mucho menor que el riesgo del tabaco. Dos estudios que observaron los niveles de una sustancia irritante llamada acroleína descubrieron que tanto consumidores de cigarrillos electrónicos como los no fumadores presentan similar nivel de acroleína.
Riesgo de enfermedades cardíacas
Cuando una persona fuma un cigarro, unas pequeñas partículas entran en la circulación sanguínea, donde causan una respuesta inflamatoria que contribuye a la enfermedad cardiovascular. Se cree que el uso de cigarrillos electrónicos también está relacionado con la circulación en sangre de estas partículas, lo cual sugiere que esta práctica también está relacionada con la enfermedad cardiovascular.
En apoyo de esta teoría, el informe del RCPE de un estudio transversal con encuestas a la población de los Estados Unidos descubrió que las personas que usan cigarrillos electrónicos a diario tenían un mayor riesgo de sufrir un infarto cardíaco. Sin embargo, este tipo de estudios no prueban que los cigarrillos electrónicos por sí mismos causen los infartos. Public Health England ha informado que el riesgo exacto de enfermedad cardiovascular de los cigarrillos electrónicos no está claro, pero es probable que sea significativamente menor que el riesgo de fumar.
Riesgo del vapor
Se han identificado niveles bajos de metales en los vapores de los cigarrillos electrónicos, pero esto no está asociado con ningún problema de seguridad significativo.
Tampoco hay evidencias claras que sugieran que los aromatizantes utilizados en los cigarrillos electrónicos puedan ser dañinos para el cuerpo. Sin embargo, según la revisión de Public Health England de los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco en el 2018, la inhalación de estos aromatizantes podría conllevar algunos riesgos prevenibles.
Riesgo de vapeo pasivo
Si bien existen pruebas sólidas que demuestran que el humo de segunda mano de los cigarrillos es perjudicial para la salud para los fumadores pasivos, no hay nada que sugiera que el vapor de cigarrillo electrónico de segunda mano pueda dañar a otros.
Seguridad durante el embarazo
Hay falta de evidencia científica sobre la seguridad de los cigarrillos electrónicos en el embarazo, pero se cree que es probable que sean menos dañinos que los cigarrillos.
Si está embarazada y está tratando de dejar de fumar, la NHS de Inglaterra recomienda que use productos de terapia de reemplazo de nicotina con licencia, incluidos parches y chicles.
Riesgo de incendio
Se ha informado que los cigarrillos electrónicos explotan o se incendian y causan quemaduras o lesiones químicas. La investigación muestra que estos dispositivos pueden causar quemaduras cuando se usan o cuando están guardados (por ejemplo, en un bolsillo).
Comparando las evidencias
Después de revisar las evidencias disponible sobre los cigarrillos electrónicos, las últimas pautas de NICE concluyen que "los cigarrillos electrónicos son sustancialmente menos dañinos para la salud que fumar, pero no están libres de riesgos".
Su recomendación final es que las personas que fuman y desean usar un cigarrillo electrónico que contenga nicotina para dejar de fumar deben dejar de fumar por completo, porque fumar es dañino.
Y mientras la investigación de los EEUU sobre el brote de enfermedad pulmonar relacionada con los cigarrillos electrónicos está en curso, los CDC han informado que las personas preocupadas por los riesgos potenciales para la salud de los cigarrillos electrónicos deben considerar no usar estos dispositivos. Si los usa, debe controlar sus síntomas y consultar a un profesional de la salud si tiene alguna inquietud.
Los CDC también informan que los cigarrillos electrónicos no deben ser utilizados por jóvenes, adolescentes, mujeres embarazadas o adultos que no usan productos de tabaco.